El Gobierno de la Ciudad aceleró un plan para levantar el Premetro y sustituirlo por una línea de colectivos eléctricos tipo Trambús sobre la misma reserva de traza.
La iniciativa, que circulaba como rumor, tomó estado público cuando el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sur, Marcelo Di Mario, sostuvió que la línea podría reemplazarse por un trambús más eficiente y confortable.
Este lunes el propio jefe de Gobierno, Jorge Macri, confirmó en una entrevista radial que la traza del Premetro es vista como el corredor perfecto para “poner un colectivo eléctrico” porque el tren “lleva muy poca gente”, lo que dejó sin margen para seguir negando el proyecto.
Sin embargo, los coches actuales del Premetro están habilitados para trasladar 137 pasajeros y las unidades articuladas modernas admiten hasta 200, casi el triple que un trambús rígido de 12 metros, pensado para 60 pasajeros, como los que se ensayan en el Metrobús Juan B. Justo.
Emova ya demostró que con ajustes de muy bajo costo puede reconfigurar el interior de los coches para sumar capacidad de pie, algo imposible para los colectivos, cuyas carrocerías requieren una renovación completa cuando llegan al límite de uso.
También difiere la vida útil del material rodante: una unidad tranviaria opera durante unas tres décadas, mientras que la normativa porteña obliga a retirar los colectivos a los diez años, una diferencia que encarece cualquier reemplazo.
El plan oficial sorprende porque hace pocos meses Subterráneos de Buenos Aires (SBA) licitó y adjudicó el cierre del loop en Villa Lugano, obra que prevé tender 850 metros de vía para unir los dos ramales y mejorar el aprovechamiento del material rodante.
Esa intervención, demorada desde hace casi cuatro décadas, permitiría llevar la frecuencia de 19 a 9 minutos, pero hasta ahora solo se ejecutaron trabajos conexos: la propia SBA informó que el avance es del 28% y que el tendido de vías sigue pendiente.
Al mismo tiempo, el Presupuesto 2026 omitió nuevas partidas para el Premetro y tampoco incluyó la compra de los diez coches previstos en 2025, un gesto que alimenta la disputa interna entre SBA y el Ministerio de Infraestructura, que impulsa el negocio del Trambús.
En la empresa estatal ven la obra del loop como un modo de frenar el levantamiento de la línea, una pulseada similar a la que se vivió cuando el Ministerio se quedó con la planificación de la línea F y desplazó a SBA, pese a dejarle la licitación de los colectivos eléctricos.
El escenario refuerza la percepción de improvisación que rodea otros anuncios de Jorge Macri, desde el monorriel sobre la General Paz hasta la idea de clausurar las estaciones del Sarmiento en la Ciudad, propuestas que cambian según el clima político.
Si la prioridad fuera mejorar el transporte en Lugano, Soldati y Villa Riachuelo, sería más efectivo coordinar recorridos de colectivos ya existentes, sincronizar semáforos y articular horarios con el Belgrano Sur para facilitar los trasbordos en Presidente Illia.
A esas medidas de bajo costo podría sumarse la renovación del parque del Premetro, la adaptación de la infraestructura para coches modernos como el Citadis almacenado en Centenera y la extensión hacia nodos como Puente La Noria, iniciativas más baratas que desmantelar la red.
Ciudades como Ciudad de México, Río de Janeiro, Berlín o Roma están ampliando sus redes de tranvías e incluso reemplazan corredores de BRT por trenes ligeros, una dirección opuesta a la que propone Buenos Aires.
Fuente: enelSubte
