Argentina es un país extenso y poco poblado que requiere de un sistema de transporte aéreo eficiente y bien distribuido para conectar sus diversas regiones.
En el año 2023 (según la Administración Nacional de Aviación Civil -ANAC), el total de los pasajeros del país ha sido de 29,1 millones de pasajeros, de los cuales el 60% correspondieron al mercado doméstico.
La participación de mercado de Aerolíneas Argentinas en el trafico internacional ha sido en el año pasado del 24% y la oferta internacional es adecuada a los volúmenes de tráfico existentes. Esa vinculación internacional no constituye un problema.
Se habla de buscar una apertura de “cielos abiertos” de manera similar a Singapur. Se supone que la libertad de frecuencias permitirá solucionar la escasa oferta.
Sin embargo, no es el país asiático un ejemplo a seguir ya que no tiene tráfico doméstico, con una superficie que es apenas 3,5 veces la de la Ciudad de Buenos Aires.
Es justamente el tráfico de cabotaje el que interesa desde la conectividad y la vinculación territorial y es para ese mercado que se deben facilitar nuevas inversiones de aerolíneas nacionales o extranjeras.
Es importante considerar el tamaño de la flota en función de la demanda de vuelos domésticos en Argentina. Se debe analizar el número de pasajeros que utilizan estos servicios así como la frecuencia y la capacidad de las rutas más transitadas. Esto permitirá determinar cuántos aviones son necesarios para cubrir eficientemente la demanda.
De las estadísticas de pasajeros del año pasado se observa que se operaron 75 tramos (origen-destino) y que de ese total 36 son con origen / destino en Buenos Aires. El resto son tramos interprovinciales.
Los primeros 15 destinos representan el 75% y con los siguientes 5 se llega al 80%.
De la totalidad de los tramos, menos de la mitad tienen un flujo diario de más de 100 pasajeros en un sentido (one-way).
Hasta la pandemia, el mejor año en cabotaje había sido 2019. El año pasado recién se lo superó un 8% mientras que este año el acumulado (contra el mismo periodo del año previo) presenta un incremento. Sin embargo, abril y mayo mostraron caídas.
En función de los datos de 2023, se puede afirmar que para satisfacer la demanda de los pasajeros que vuelan dentro del país (doméstico) es necesario realizar unos 110 a 140 vuelos diarios (con sus correspondientes vueltas) a los diferentes destinos.
Si consideramos que una aeronave realiza (en promedio) unos tres vuelos diarios, se necesitarían unos 40 a 45 aeronaves del tipo Airbus A-320 o Boeing B737. Obvio que la competencia entre aerolíneas aumentaría ligeramente este número de aviones.
La flota en el país es de 119 aeronaves, de los cuales 10 son de “doble pasillo” que se utilizan para vuelos de largo recorrido internacionales y 2 son cargueros. Aerolíneas Argentinas dispone de 75 aeronaves (el 69%) en cabotaje y regional.
La competencia principal (Flybondi y JetSMART) tiene 23, de los cuales dedican unas 12 aeronaves a vuelos domésticos.
Lo que falta desarrollar e incentivar son nuevas aerolíneas, que con aviones más pequeños abran destinos entre puntos del interior del país. Los aviones de las principales compañías son grandes y por consiguiente imposible de rentabilizar con flujos de 15 a 30 pasajeros por día.
Esta estrategia asegurará la conectividad de regiones remotas y también contribuirá al desarrollo económico y social de estas áreas, promoviendo un crecimiento equilibrado y sostenible en todo el país.
Fuente: Clarín
